Socialización primaria
Entendemos por
socialización primaria la primera socialización que tiene lugar durante la
infancia, que permite al individuo participar del mundo objetivo de una
sociedad o de alguno de sus sectores. El
comienzo natural del proceso de socialización para cada niño recién nacido es
su inmediato grupo familiar.
A través de ella se
interiorizan los aspectos más importantes de la sociedad. En esta etapa el niño
aprende qué espera de su propia conducta y de las demás. En estos momentos el
individuo es acrítico, recibe toda esa información al mismo tiempo que va
formándose su propia personalidad.
Influye principalmente
hasta la adolescencia del individuo y conlleva una gran carga afectiva. Es la
que ayuda al niño a desarrollar sus capacidades sociales y a construirse como
persona.
En ella se interioriza un mundo que, a pesar de
ser uno de entre muchos otros, es asimilado por el niño como el único posible,
experimentándolo como el único real; para él no es un mundo posible, sino el mundo. Por eso
este primer mundo interiorizado se arraiga con fuerza en el individuo. La
socialización primaria es, pues, el período en el que se construye el primer
mundo: incuestionablemente real, un mundo sólido donde no hay lugar para la
desconfianza ni la duda.
Petrus
(1998) estructura el proceso de socialización en tres etapas:
“Socialización
primaria, supone el inicio de la socialización, tiene lugar en la familia y en
la escuela; ésta última completa y amplía la socialización como principio de la
intervención educativa.
Socialización
secundaria, es la prolongación de la primera etapa, finaliza y corrige el
proceso fortaleciendo las normas y hábitos adquiridos en la familia y en la
escuela, representando valores sociales específicos del marco cultural. Tiene
lugar en los grupos de amistad, asociaciones, instituciones no escolares y
medios de comunicación.
Socialización
terciaria, que se produce con el desplazamiento de cultura o con el proceso de
reinserción ante individuos mal socializados, con el objetivo de conseguir una
adecuada integración social. Ya que uno de los mayores problemas que tiene que
enfrentar un grupo es que los nuevos miembros adquieran las conductas
apropiadas para la consecución de la conformidad social (Morales y Huici,
2000)”.
Socialización secundaria
Se centra en un
determinado ámbito de la vida del individuo, pues la primera fase de
socialización ya le ha formado como persona. Este tipo se caracteriza por la
división social del trabajo y del conocimiento.
Nos referimos a los
procesos ulteriores [a la socialización primaria] por los cuales el individuo
es inducido a participar en un mundo social específico.
En esta fase el
individuo aprende los valores que corresponden a las funciones que el individuo
va a desarrollar en la vida adulta. Se interiorizan las normas que tienen que
ver con el mundo profesional e ideológico.
La socialización
secundaria está marcada por un dato básico: es posterior en el tiempo a la
primera socialización, siendo ésta la que tiende a permanecer. Así, las nuevas
interiorizaciones deberán adaptarse a las formas del pasado, minimizando las
transformaciones que se hubieren producido.
Socialización terciaria
Empieza con la vejez,
se inicia con una crisis personal, ya que el mundo social del individuo pasa a
restringirse y a volverse monótono, el sujeto se ve obligado a abandonar
comportamientos que había aprendido; a dejar grupos donde había pertenecido. Ya
no ve las cosas con los mismos criterios que antes, el sujeto sufre una
desocialización.
En esta tercera etapa
se hace referencia a todos aquellos adultos que, por los motivos que fueren, se
sienten desengañados o descontentos con todo lo aprendido dentro de un
determinado contexto cultural, y deciden asumir o interiorizan las normas y
valores de otra cultura o sociedad.